Pues, sintiéndolo mucho, la verdad es que no. El sexo no sustituye al deporte ni de lejos. En realidad es es complicado dar con un estudio que tenga credibilidad al respecto, pero los rigurosos demuestran que la media mundial de una relación sexual oscila los diez minutos y que siendo generosos se puede llegar a quemar unas 80 Kcal. Una cifra en la que se tiene en cuenta cierta intensidad, claro está (nada de tumbarse y dejarse hacer).
Habrá quien estará pensando ¿diez minutos?, ¿tanto?, ¿tan poco? Bueno, que cada uno calcule su promedio pero, en cuestión de gasto calórico, es más bien irrisorio. Piensa, por ejemplo, que diez minutos andando queman 50 calorías y saca tus propias conclusiones. Un claro ejemplo de ello es que un médico deportivo me explicaba que un orgasmo equivale a subir dos pisos andando y por eso, en las concentraciones de futbolistas, no entendía tanta severidad con respecto a mantener relaciones antes de un partido. Por ejemplo el sexólgo Adrián Sapetti ha publicado varios artículos en los que rechaza que el sexo debilite el rendimiento deportivo.
Hay estudios que hablan de la posibilidad de quemar hasta 400 calorías pero, sinceramente, lo veo muy improbable. Para ello se debe estar más de una hora de sexo intenso y combinando posturas complicadas. Aún con todo, me parece una exageración llegar a ese nivel de gasto calórico. El sexo, amigos y amigas, no sustituye al gimnasio.
Otro de los grandes mitos es el siguiente: ¿cuáles son las posturas que más energía consumen? En realidad las diferencias son mínimas en cuanto a gasto energético, si bien entran en juego algunos factores como la elasticidad, el equilibrio o la resistencia… Todo esto se puede entrenar así que si tienes retos por delante, ya sabes, antes de intentar parecer del Circo del Sol, prepárate.
Lo que sí que es cierto es que uno de los beneficios de la práctica habitual de deporte es mejorar tu vida sexual. Al margen de lo estético, con el deporte ganas resistencia, fuerza, elasticidad… Pues no es lo mismo, que queréis que os diga. Aunque es un tema del que se habla poco, las personas sedentarias que empiezan a practicar un deporte con regularidad notarán muchos cambios a mejor en las relaciones sexuales.
La práctica del sexo y del deporte siempre se ha comparado ya que en ambos casos generas endorfinas y buenas sensaciones. El sexo es salud, evidentemente, y el deporte, también pero poco tienen que ver en cuanto al gasto energético. Es como quien compara el deporte con pasar la aspiradora…
El deporte, además, ayuda a aumentar la testosterona en los hombres y todos sabemos que es una hormona clave en la sexualidad masculina. En el caso de las mujeres, un buen trabajo abdominal es importante para la fortaleza del suelo pélvico e incluso el ejercicio regula los estrógenos, sobre todo en edades avanzadas. Por supuesto, en ambos sexos mejora la capacidad cardiovascular, que tiene una importancia vital en el coito.
El ejercicio regular, además, ayuda a reactivar la circulación sanguínea, lo que genera un beneficio directo en aquellos hombres con problemas de erección, si éstos están relacionados con una cuestión vascular.
Además, activar el organismo favorece una sensación de bienestar y todos sabemos que el sexo tiene un gran componente emocional y psicológico: si tienes autoestima y te sientes bien contigo mismo, todo irá mejor, también en la cama.
La vida es mejorar. Así que es el momento, aunque los franceses llaman al orgasmo ‘le petit mort’, no hay mejor forma para sentirse vivo.